lunes, 27 de septiembre de 2010

Travesuras de la pequeña

Maharet le afanó la pantufla al abuelo, y mientras se alejaba caminando despacito lo miraba para ver si el se daba cuenta. Cuando la abuela la vió, salió corriendo hasta su cajita, la tiró al fondo y ella se tiró adelante de la pantufla poniendo su mejor cara de boluda y tapándola
y mientras te contaba esto se afanó la otra pantufla.

Y sí, no amplié un carajo el post anterior, y de momento no voy a hacerlo.

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